Dicen los entendidos que (uno) si juegas con fuego antes de acostarte es bastante probable que (dos) te hagas pis en la cama. Yo, que (tres) nunca he creído en los entendidos, tomé la determinación de hacer la prueba. ¿El resultado? No me hice pis en la cama, pero (cuatro) me salieron llagas en el dedo gordo de la mano izquierda de (cinco) tanto chiscar el mechero. También (seis) hice un agujerito en la colcha, pero eso ya me importa menos. Y se gastó el gas del mechero. Veréis, tengo un mechero personalizado muy bonito, un clipper; está forrado de hilo violeta y amarillo, con la palabra «pinano» en grande. Le (siete) tengo mucho cariño. Ha (ocho) viajado tanto o más que yo, e increíblemente no he debido recargarlo aún nunca desde que lo tengo, hará un par de años.
    Todo este asunto del mechero me lleva a (nueve) pensar en lo efímero de nuestra existencia, de cómo los objetos, al igual que las personas, se extinguen inexorablemente; (diez) se agotan, (once) mueren, (doce) desaparecen, o bien (trece) dejan de ser populares (que no es lo mismo, pero es igual).
    ¿Ideas para una vida mejor? Bien, siempre se puede (catorce) optar por la vía fácil; es decir, hacer una cantidad moderada de ejercicio, cuidar la alimentación, (quince) fumar tan poco como sea posible (especialmente cigarrillos), y todas esas otras opciones que se nos presentan a todo color en las guías de viaje y páginas finales de las revistas del corazón.
    Ahora bien, la vía difícil está ahí. Cualquiera la puede escoger. Es como el lado oscuro de la fuerza, pero adaptado a los tiempos que corren. Y creedme, conozco incombustibles personajes del vicio y de la noche que llegarán a viejos.
    Pinano.org no recomienda orientar la propia vida con el enfoque difícil. Muy al contrario, insta a quienes lean estas líneas a salir a la calle y echar a correr hasta que se sientan más en armonía con esos vecinos de abajo que hacen tanto ruido.