Mis niños

    Faraway, so close! Què divertido estar todos tan desperdigados. Estoy encantado con que los comentarios de esta pàgina sean un punto de encuentro intercontinental; me siento un anfitriòn afortunado. Tambièn es cierto que todo esto de irse a ver mundo tiene sus inconvenientes; por ejemplo, estos malditos teclados italianos donde los acentos de las vocales estàn al revès. Ya sabèis que hay pequeños detalles que me ponen muy nervioso.
    Estoy muy muy perezoso, siempre ando tarde para coger un ordenador y escribir cualquier cosa aqui (la «i» acentuada sencillamente no existe). Pero todos sabèis que estoy estupendamente. Me he comprado una libreta chulisima que hace las veces de esta pàgina. Si me querèis comprar un portàtil, os mando mi numero de cuenta y me hacèis un ingresito. Hay confianza.
    Anoche estuve en una fiesta en Disco Empire. Las discotecas de por aqui son un compendio de todos los detalles discotequeros de mal gusto que se pueden encontrar en la piel de toro. Miriadas de personas con vestimentas horribles, sudando como pollos y entregados a una musica de baile que ni es musica ni es de baile. De fondo, un piccolo deejay de feria escupiendo paridas entre cancion y cancion, como regalando perritos piloto. Làstima que los vasos de las copas sean de plàstico; de no haber sido asi, seguramente hubiera roto uno contra la barra y les hubiera matado a todos…
    Ragazzi, cinque minuti. Tengo la teoria de que los becarios de todas las salas de ordenadores del mundo son, en realidad, la misma persona. Es hora de irse. Un beso a todos.

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