-6 ºC

    Como en las mejores series de ficción y en la línea de la tradición televisiva de esta época, pinano vuelve a casa por navidad. Finalmente mis temores no se confirmaron y, a pesar de la poca consideración con que las compañías aéreas tratan el equipaje, el vino y la cerveza llegaron íntegros. Mi ropa está a salvo de manchas difíciles una vez más. Para rematar el viaje, me he encontré con Vicente en la estación sur de Madrid. Claro, imagino que casi ninguno de vosotros conoce al bueno de Vicente.
    Obviamente no pienso escribir mi vida en verso a estas horas, máxime cuando el termómetro que tengo frente a mis ojos marca -6 ºC. Por fortuna para mi organismo, ésta es la temperatura en la parte del mundo conocida como «el exterior de mi habitación». Aquí dentro las cosas van algo mejor.

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