La gran excursión

    Recorrer una isla grande en sentido antihorario es probablemente tan divertido como recorrerla en sentido horario. Cefalu, Segesta, Monreale, Palermo, Trapani, Erice, Senilunte, Agrigento, Siracusa. Levantarse temprano en una casa rodeada de olivos, subir a la terraza y ver a un lado el mar y al otro la montaña. Las fotos, que no se me olvide revelarlas cuanto antes. Y para colmo me he comprado unos pantalones chulísimos en una tienda de segunda mano de Palermo. Seguramente no sea así, pero en Palermo todo el mundo parece peligroso. Sus calles son violentas y sucias, como avejentadas por el trapicheo y el desorden.
    En Selinunte la luz es perfecta; o quizás tuve suerte y estuve allí el día adecuado. Y la acrópolis griega es hermosísima. Erice es un pueblecito medieval plantado en lo alto de una enorme peña de paredes casi verticales que está al ladito mismo del mar. La próxima vez me busco el alojamiento allí arriba, lejos de los coches y los bares de carretera. Sólo se oye el viento. Y qué luz.
    Cervezas y risas por las noches. Los compañeros de viaje determinan realmente las sensaciones que producen los lugares. Tengo curiosidad por repetir con personas diferentes. Un fin de semana es muy poco para asimilar tantas cosas, pero es importante para hacerme a la idea del entorno que me rodea. La isla no es tan grande si la conoces un poco.

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