Hoy me encuentro de un humor excepcionalmente positivo; me apetecía compartirlo. Es un día luminoso y la temperatura es muy agradable. Esta noche se presenta interesante y ya hace bastante que no salgo hasta tarde; me hace falta. Es curioso, pero aquí el miércoles es un día importante para salir. Las costumbres locales son sorprendentes en ocasiones.
    Pero si hay algo por lo que no paso es por que el sol se oculte a las 17:30. Es completamente inadmisible, y deberíamos unirnos todos en contra de los gobiernos que nos privan de la luz del Astro Rey a tan temprana hora con vaya usté a saber qué intenciones. Cada vez va a peor; Dios mío, ¿cómo será esto dentro de un mes?. Luego está, claro, el hecho de que amanece mucho más pronto que mis biorritmos. Porque si todo fuese cuestión de adaptar horarios y desplazar la vida un par de horas hacia atrás, estaría solucionado. El problema es que esto me obligaría a comenzar la jornada a las 6 o las 7 de la madrugada y, desde luego, esto va en contra de los principios elementales para alcanzar la longevidad y la pureza de espíritu que persigo.
    Tengo clase de italiano. En la calle no aprendemos gramática, y si no voy a clase nunca podré leer los periódicos.