La máquina de viajar al espacio. Acto I.

    «Claro, almirante, desde luego que no me importa. Tan sólo es cuestión de… mmm… ya casi está… mmm… bien, listo. A partir de este momento todo está en sus manos. Tenga el aparato. Almirante, es usted un hombre respetado, permítame preguntarle… ¿está seguro? ¿seguimos? Es decir… bueno, olvide la pregunta. Desde luego que está seguro; de no ser así, no me habría llamado. No sé por qué me entrometo. Además, imagino que no quiera hablar en este momento. Respeto su silencio. ¿Sabe? Hubo un tiempo en que estuve enamorado de su esposa. Es la mujer más bella que jamás he visto. Soñaba que le abandonaba a usted para irse conmigo a Mikonos. Imagino que usted jamás ha estado allí, siempre con sus responsabilidades de despacho. Le cuento todo esto porque dentro de cinco minutos ya no estará usted aquí, de modo que no me importa que lo sepa. Que sea usted muy feliz en el espacio, almirante.»

6 Comentarios