Mientras sigan apretando los calores veraniegos tenemos la obligación de seguir ejerciendo el derecho a la vacación. Mis últimos viajes me han mantenido apartado de este mundo virtual de boletines electrónicos y páginas porno. Solo quiero aprovechar esta pequeña incursión para recordaros a todos que tengáis mucho cuidado con los rayos solares y las cenas copiosas.
    Y a los críticos musicales del diario El País les pido por favor que reconsideren su lugar en el mundo. ¿De verdad asisten ustedes a todos los conciertos que critican? Cualquiera lo diría. Sobre todo en relación al estupendo festival de Jazz de Vitoria y algunas sorprendentes calificaciones como la de «grupo de bolos veraniegos» que espetaron ustedes al supergrupo de Roy Haynes y Kenny Garret. Señores, que un concierto es un espectáculo para divertirse y mover el esqueleto. Hombre.
    Nada más. Ah, bueno, estuve en Sanfermines, como de costumbre. Y actualmente les escribo desde Marbella, en el corazón de la Costa del Sol. La próxima semana, el festival de Benicassim. Quizás nos veamos por allí.