Vaclav, la postal la he perdido

Debo pedir disculpas a nuestro anfitrión por haber burlado durante unos días las normas de este foro. Cómo todo el mundo sabe, no soy muy partidario de normas para nada, pero cuando algo tiene sentido común deja de ser una norma. Una vez dicho esto mando un abrazo !!! tan grande como el que nos dimos el sábado en las profundidades de un bar que albergaba a unos cuantos borrachos que repartian condones y no pagaban en la barra. La conversación la continuaremos allá dónde tengamos el placer de encontrarnos de nuevo.


Mando mil quinientos abrazadores, ni uno más ni uno menos, para que agasajen y den miminos a Eduard Punset. Espero que el trabajo sea realizado con la habitual disciplencia a la que nuestros queridos trabajadores / abrazadores nos tienen acostumbrados. STOP.
Los ex miembros de la RDA andan saliendo por ahí en la televisión, (en antiguos reportajes post MURO DE BERLÍN también conocido como MURO DE LA VERGUENZA) con gafas de pasta oscuras diciendo cosas que parecen bastante graves sobre temas que son interesantes, abriendo y cerrando sus cansados ojillos. Haciendo gestos y levantando las cejas hacia el cielo, dejando grandes silencios entre palabra y palabra.
Los viejos abrasadores Post y Poset se encuentran cansados y hoy han decidido que no van a trabajar. Asaran unas sardinas. Dormirán una siesta. Visitarán la obra en la que estuvieron trabajando en tiempos felices, y acaso soltarán un inaudible suspiro.
¿Por qué comparas tu mandamiento interior con un sueño? ¿Te parece acaso absurdo, incoherente, inevitable, irrepetible, origen de alegrías o terrores infundados, incomunicable en su totalidad, pero ansioso de ser comunicado, como son precisamene los sueños?
Kafka- Cuarto cuaderno en octavo.
Y Vaclav en verano sigue acercándose a las estaciones de tren a recibir a los jóvenes viajantes que llegan a Praha, a los que da una postal con sello incluido para que le escriban una vez que estos vuelvan a reposar sus culos en sus cómodas y asépticas casas de occidentales.
Y me entristece no haber visto la verdad de aquel hombre al que de una manera injusta y pueril ofrecí unas monedas de propina.
Vaclav hubiera preferido que le enviara la postal, en sus sabios ojos no supe ver su respuesta al ofrecerle las monedas. Él me dijo con sus pupilas: Tu no me enviarás la postal. Luego al darse la vuelta pensó: como tantos otros, y al alejarse me olvidó para siempre.
Los lechoncitos van y vienen y se les oye gritar de vez en cuando por debajo de la ventana, hoy es viernes y muchos de ellos ya preparaban el fin de semana por la tarde. Llenando bolsas de supermercado de tetra bricks de vino y algún que otro Bacardi. Aunque lo que uno ve no es siempre lo que hay. Ahora pienso después de haberme enterado de lo del ADN mitocondrial y de algunas cosas tambien realmente acojonantes del espacio exterior que cuando sueño realmente soy uno con el Papa con vosotros y con Sadam Hussein dónde quiera que se encuentre.
Todas las ventanas de mi calle están oscuras. Y eso es inquietante, quién sabe lo que puede estar ocurriendo en su interior. El cemento siempre nos engaña haciéndonos pensar que todo esta bien, pero el cemento se inventó para callar a las nobles y útiles maderas con las que se construian las casas de aquí y de NavaYork si está noble villa era llamada así. Antes las maderas en más de una ocasión advertían a los transeuntes de los dolores de las casas. O se podía observar si había gente por las rendijas por las que se filtraba la luz, o se podía oler la comida. El caso es que un avispado Ingeniero/político/hombre_hecho_a_si_mismo/inventor, patentó el cemento y desde entonces así andamos de recios y temerosos en nuestras laberínticas ciudades.
Muac Muac, en breve un abrazador pisará vuestros felpudos esperando a que le abráis la puerta con la sana intención de abrazaros en el nombre de Koffi Anan.

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