miércoles, 21 abril, 2004 – 14:26
Respira, tres segundos después habremos abierto los párpados, con la desidia del día introduciéndose como un camaleón en nuestros versos de niños tristes, tan sólo tres segundos más tarde sonarán los primeros acordes de lluvia en el transistor de nuestra vigilia, más tarde, ya digo, habremos desnudado los cuerpos con las pupilas antorchas y habremos […]
martes, 30 marzo, 2004 – 16:02
Como cualquier niño de catorce años parecía aún más niño desde lo alto del cielo, parecía aún más mota de polvo desde el último piso, sin ascensor, del rutinario edificio dónde se escondían sus padres de la vida. Desde tan arriba imposible imaginar el genocidio, imposible que me vean jadeante tras el cuerpo a la […]
martes, 9 marzo, 2004 – 17:40
La figura se levantó y me miró perpleja. Yo comencé a fijarme en su rostro, insulso y perplejo, y parecía que un sol de lágrimas aflorara de pronto entre sus perfiladas cejas, un sol infinito de odio, mirando, profusamente mi figura. Tras el devaneo de pupilas retomé la recta pero dos pasos más alla, su […]
miércoles, 3 marzo, 2004 – 18:39
Si la verdad fuese una carpeta o al menos fuese una ciencia y no una absurdez decimonónica y anticuada (como lo es, entre otras, eso de la dichosa dicha) te lo contaría todo, en serio, más sincero sería que una película antigua, con mejores sentimientos que un supermercado en temporada alta. Te contaría, con las […]
miércoles, 4 febrero, 2004 – 14:24
En la ciudad no hubo nunca un bosque, como en la vida tampoco hay nunca una respuesta y es por eso que, en la ciudad, no logré perderme, por no existir frondosos árboles ni ardillas asesinas, ni cuentos de hadas, ni un lago de inmortales interrumpiendo a los autocares. El agua corría sobre la piel […]
lunes, 19 enero, 2004 – 22:25
Como él no sabía de medidas, se asustó de veras al ver la ola abalanzándose sobre la quietud verdosa del mar. El recuerdo de aquel pavor le golpeó esta mañana cuando abrazaba a la desconocida Amanda. Amor, dijo, Amanda. El pavor recorriendo el pecho del desconocido. El mar abierto en la infinita ola, la desmesura, […]
miércoles, 31 diciembre, 2003 – 03:07
La noche es un gorrión en las axilas y al caminar sin pensar -pensé- el dolor me condena y también -sin pensar, al caminar- los pies vuelan y azuzan la prisión de mis botas. Como se largó de mi vida y como era inevitable me puse a correr. Ahora -pensé- llegan las ganas de correr. […]
martes, 25 noviembre, 2003 – 01:50
Ya nada parece de verdad – Continuó, seria y contundente – todo parece un chiste, hasta los silencios en las conversaciones parecen ideados, planificados y por último puestos sin más ahí, como un bolso que te pones simplemente porque combina o porque todo el mundo espera que lo lleves, porque es así y punto, forma […]
viernes, 7 noviembre, 2003 – 09:43
Amaba en ella hasta las diéresis de su apellido, contundente y profana como el vino ajado por la mirada de los ancianos, diestra y oficiosa como una caravana en mitad del desierto, diablo de mil demonios. Al abrazarla, las pecas revoloteaban por mi cuerpo mimetizándose con el aroma de las luces de los automóviles que […]